Entre las características que, más frecuentemente, encontramos en las personas con altas capacidades intelectuales, destacamos como más significativas las siguientes:
En cuanto a la tipología, la expresión «altas capacidades» se suele emplear de manera homóloga con el término «sobredotación intelectual», o con los términos superdotación y talento. Lo cierto es que «Altas Capacidades» es un término mucho más amplio, que engloba una característica principal que supone una habilidad o destreza superior, por encima de la media, en:
Una aptitud específica o dominio concreto en un área del desarrollo (talento simple: lógico, verbal, matemático, creativo, espacial, mecánico, social, artístico…)
Varias aptitudes intelectuales específicas combinadas (talento complejo: académico, artístico-figurativo,…).
Todas las capacidades cognitivas, de forma general, junto a un alto nivel de creatividad y una estrecha implicación con la tarea (sobredotación).
Y también, en algunos casos, se puede dar una maduración temprana del desarrollo cognitivo, para posteriormente normalizarse (precoces).
En Castilla y León, según los datos facilitados por el Ministerio de Educación, en el curso 2013-2014, había un total de 529 niños y niñas diagnosticados con Altas Capacidades intelectuales, dentro de una población escolar de 363.845 alumnos, es decir, un 0,15% frente al objetivo del 2% de la población que está por encima del CI de 130.
Los tres problemas que hay hoy en día relacionados con las Altas Capacidades son:
La evaluación de Altas Capacidades necesita ser solicitadas bien por los padres del niño o bien por los profesores y equipo educativo del colegio. En la práctica tanto padres como profesores sufren una falta de formación para reconocer y evaluar a un niño. Como dice el BOCYL 1152 del 13 de Agosto de 2010, la Orden EDU 1152/2010 dice claramente : “La detección e identificación de las necesidades educativas del alumnado, así como su atención, se realizarán lo más tempranamente posible, con el fin de adoptar las medidas educativas más adecuadas.” Esto es un imposible sin una buena formación del profesorado en Altas Capacidades, asi como los padres y familiares de los niños.
Descubrir el potencial de estos niños y niñas es la primera fase a la que se tiene que recurrir en los primeros años del proceso educativo. Una de las carencias que vemos es la falta de formación e información del personal dedicado a la docencia y familiares que desconocen la realidad de la alta capacidad. Todo ello, porque está precedido por mitos y estereotipos que nos han vendido y nos vende la sociedad, medios de comunicación, entre otros; que hacen que tengamos una idea equivocada de la Alta Capacidad.
Al no ser identificados, muchas de las familias tienen que recurrir a gabinetes psicológicos privados para llevar a cabo la evaluación y poder conocer cuál es la necesidad que tienen sus hijos.
La desmotivación, el fracaso escolar, el acoso escolar, los conflictos…son algunos de los posibles futuros problemas de estos niños. Si no son bien atendidos en la escuela y no se les provee de herramientas adecuadas a sus capacidades, puede que haya un bajo rendimiento académico y desmotivación. Es fundamental, como dice la ley, promover una educación adaptada a las características de cada niño, y los niños con Altas Capacidades tienen que tener un programa específico de enseñanza. Y este debe de cumplirse.